Bueno, por fin domingo, día del señor. Supuse que no tendría mucho movimiento en cuanto a trabajo (la mayoría de los garitos ‘cool’ cierran los domingos), así que me propuse ir al Shakespeare Globe como meta del día y después ir improvisando. Antes de cruzar el Millenium Bridge, tocó comprarse un sándwich y comérselo a los pies de la catedral de St. Paul. Nunca había estado en los exteriores, porque cuando fui con mi hermano entramos directamente a la catedral. Son bonitos, jardines bastante grandes, y para ser domingo, bastante tranquilos.
Me siento en mi banco, empiezo con mi sándwich tal, y al grupo de palomas que siempre está rondando, se une un cuervo que empieza a andar por allí como Pedro por su casa (y esta era la casa de St. Paul!). Un inglés se sienta en mi banco y le da pan de su propia mano. Yo, acojonado de que el cuervo pegara un salto y atacara mi sándwich (no sería la primera vez, ya me pasó en Queen’s Park), terminé prontito y a entrar a la catedral. La visión del cuervo en sí fue bonita, para ser un pájaro tan odiado es mucho más majestuoso que la mayoría.
La catedral era como la recordaba, techos enormes, opulencia a más no poder y el aire que tan poca confianza me inspira de este tipo de edificios. Y para colmo, nada más entrar, la pila bautismal. La bóveda de los susurros estaba cerrada (domingo) y tampoco se podía subir a lo alto para ver Londres, así que no fue una visita demasiado larga.
Como dije antes, el objetivo era entrar al Shakespeare’s Globe. Cruzo el Millenium Bridge comprándome unas almendras garrapiñadas para observar el London Bridge (todavía no he estado allí, igual debería acercarme algún día de estos). Hago una paradita en la Tate Modern para mandar un par de CVs, y cuando me acerco al Globe, me dicen que llego tarde porque solo hay tours por la mañana (¬¬).
Afortunado de mí, tenía el plan B, que era acercarme a la Tate Britain. Me monto en el Tate to Tate Boat (barquito ahí por en medio del Támesis, pudiendo ver las casas del parlamento desde una perspectiva única) y llego al destino: la Tate Britain. Es un museo mucho más convencional, con arte británico desde el s. XVI en adelante, y solo había estado un par de veces antes. No recordaba que tuvieran cosas de William Blake (poeta top5 personal), y no tenía ni idea de que el año pasado adquirieran algunas láminas originales suyas (tres de ellas de un libro que analice este año en una de mis asignaturas). Por destacar algo más, como el cuadro de Lady Sharlott o de Ophelia, que también tocó estudiar en alguna clase de literatura que otra (*cough*Margarita *cough*).
La razón por la que tenía este museo como plan B es que me habían comentado que el edificio se construyó sobre una antigua prisión, aunque allí tenían muchos mapas de por qué las salas estaban ordenadas de esta manera y no de aquella, que si inundación del 1928, y allí mucho niño muerto pero nada de prisión. Busqué un pub cercano en el cual también debería de haber algo relacionado con el tema de la prisión, pero allí lo que me encontré fue un pub de lo más tradicional, una pinta de cerveza fresquita y una lasaña para comer. Para volver al centro, previo paso por Erasmus Street (por qué no había escuchado yo antes que existía?), autobús a Trafalgar Square y fuera.
Trafalgar Square estaba inundada de gente. Tanto, que me quede con ganas de quedarme por allí un rato sentado contemplando. Vuelta al hostal, siesta larga, recargar el portátil, y de vuelta a la calle. Paseo por Leicester Square, pinta en un pub que no ponían fútbol (y se enorgullecían de ello en la entrada!), un ratito de internet, cena en el KFC y al hostal a descansar.
Ah, como master move, le mandé una petición de amistad en Facebook al Russell este del club con el que me topé la noche anterior. La cosa era tirarle la piedra para que hablara con los del club, pero sin ser demasiado explicito. Tras mucho debate interno, el mensaje fue:
“Hi Russell!
It was great seeing you last night, and I have to apology for not stopping and talk for a little bit, but it was late and I felt like you guys were in a rush. I'm staying at Picadilly for one more week, then hopefully moving somewhere else (if I find a job!), so maybe we'll run into each other again soon! Take care :D”
Si Dios quiere, en algún momento debería de volver a pasarme por el club a ver que me cuentan. Aunque lo tenía descartado, parece que es una opción bastante popular entre los que me aconsejan desde España. Por ahora, hasta que no haya nuevos acontecimientos, 0% de que me plante allí para pedir trabajo otra vez.
Mañana será otro día, en el que espero que se mueva la cosa un poquito más y pronto pueda dejar de soltar parrafadas para escribir: London – Day x: Rutina. 10horas de trabajo, 9 de sueño, 5 horas de beber pintas/no hacer nada.
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